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Hace ya unos días que podemos ir sin mascarilla por la calle y ahora, más que nunca, a todos nos apetece lucir una sonrisa perfecta.

Si no hemos aprovechado este último año para alinear nuestra sonrisa o para realizar los tratamientos de estética dental que necesitábamos, ha llegado el momento de apostar por el cuidado de nuestra salud bucodental. Así podremos tener una sonrisa sana e inolvidable.

En busca de la sonrisa perfecta

La sonrisa es el idioma universal. ¿Cuántas veces nos ha pasado que, con tan solo una sonrisa, sin necesidad de pronunciar palabras, hemos hecho sonreír a los demás?

En los medios de comunicación vemos constantemente imágenes de personalidades conocidas del mundo del cine, de la televisión o del deporte que, de un día para otro, han logrado cambiar completamente la estética de su boca. Han convertido su sonrisa en una curva armoniosa y ordenada, con unos dientes destacablemente blancos.

Es importante tener en cuenta que una sonrisa perfecta, además de tener una perspectiva visualmente atractiva, debe ser una sonrisa sana y cuidada. De este modo podremos prevenir problemas presentes y futuros.

Esto es fundamental. A menudo podemos considerar el hecho de realizar diversos tratamientos de estética dental que nos sirvan como “atajos” para lograr nuestro objetivo. Pero si después nuestros hábitos de higiene y cuidado no son los adecuados, no lograremos mantener durante mucho tiempo la armonía que tanto deseamos para nuestra boca.

Sonrisa perfecta: ¿Cómo podemos conseguirla?

Hoy en día existen diversos tratamientos de estética dental que nos permiten crear, en más o menos tiempo, una sonrisa perfecta.

El primero de ellos, al que muchas veces nos da miedo recurrir por la estética y el tiempo que se invierte, es la ortodoncia. Antes de empezar con la ortodoncia, se realiza un estudio personalizado en el que se especifican los resultados que se van a obtener en función de los diferentes métodos (brackets metálicos o transparentes -de zafiro-, ortodoncia invisible, ortodoncia lingual…) y, así, especialista y paciente deciden el que mejor se adapte a las necesidades del segundo. Teniendo a nuestro alcance tantos métodos, es cada vez más sencillo y menos costoso alinear nuestros dientes, por lo que siempre es buen momento, tengas la edad que tengas, para empezar.

En segundo lugar, podemos trabajar sobre las encías, tanto para recuperar el tejido cuando existe una retracción, como para realizar un peeling gingival que nos permita devolver a las encías su característico tono rosado, para realizar una gingivectomía o alargamiento de la corona para que los dientes pequeños se vean más grandes y largos, así como realizar una remodelación de las encías en casos de sonrisa gingival, en los que las encías de la parte superior de la boca están demasiado visibles, o cuando se trata de casos de asimetrías gingivales.

También podemos cerrar los espacios interdentales que aparecen cuando se sufre enfermedad periodontal y quedan unos antiestéticos triángulos negros. Estos los podemos evitar remodelando los dientes con composite, una resina que se adhiere a los dientes sin causar ningún tipo de perjuicio.

En cuarto lugar, podemos utilizar carillas de diversos materiales (porcelana, composite…) para corregir tanto la forma como el tamaño, el color y la posición de los dientes. Así como coronas e incrustaciones en caso de que necesitemos recuperar la totalidad o una parte importante de un diente perdido o afectado por caries, rotura o desgaste.

Por último, contamos con el blanqueamiento dental, un proceso que se puede realizar tanto en clínica como en casa y con el que se logran resultados óptimos, consiguiendo que los dientes queden más blancos desde el primer día.

4 consejos para tener y mantener una sonrisa perfecta y sana durante todo el año

Tanto si hemos realizado alguno de los anteriores tratamientos, como si no, podemos seguir las siguientes recomendaciones para cuidar de nuestra sonrisa desde hoy mismo.

1. Mantén una correcta higiene bucodental. Consulta a tu dentista la técnica de cepillado que mejor se adapte a tus necesidades, así como el tipo de dentífrico y cepillo de dientes. Cepíllate los dientes, tanto por la cara interna como por la externa, tres veces al día y durante unos 2 minutos, cada una de ellas alrededor de 20 minutos después de cada comida principal (desayuno, comida y cena).

Completa el cepillado utilizando hilo dental o cepillos interdentales para prevenir la apariencia de caries entre los dientes y limpia tu lengua con un limpiador específico para este fin. También puedes utilizar colutorio o enjuague bucal si lo necesitas.

2. Procura que al menos el 95% del tiempo tu alimentación sea saludable. Seguir una dieta sana, rica en alimentos naturales (frutas, verduras, grasas saludables, proteína de calidad, cereales integrales, frutos secos…) y baja en alimentos procesados, bebidas azucaradas y en azúcares añadidos, en general, beneficiará tanto a tus dientes y tu sonrisa, por la prevención de caries y sensibilidad dental, como a tu salud global.

3. Evita el tabaco y el alcohol. Ambos hábitos son tan perjudiciales para la salud general y oral como para la estética de nuestra sonrisa, pues pueden teñir nuestros dientes y dañar nuestras encías.

4. Acude a tus revisiones bucodentales 2 veces al año. No esperes a tener un problema para llamar al dentista pues, al final, lo que podría haber sido un problema de fácil solución, puede llegar a complicarse.

Por eso, insistimos siempre en que para cuidar de nuestra salud bucodental nuestra mejor estrategia es la prevención. Dos revisiones al año, en las que invertimos poco tiempo y recursos, son suficientes para detectar cualquier incidencia a tiempo y solucionarla de forma rápida y sencilla.

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